Lo primero que tengo que deciros es que para mí no hay lectores como vosotros, que a vosotros me debo y que siempre os tengo en mente. Antes preferiría cortarme una mano que decepcionaros...y después de lo que voy a deciros lo estaréis.
Pero también tenéis que tener en cuenta que el mundo es muy grande, que hay muchas personas y que las tentacioens están ahí. Te llevan por caminos oscuros de la mente de los que siempre has renegado. Os pido comprensión y que os pongáis en mi lugar. Soy consciente de que lo que he hecho no está bien, pero sin embargo lo he hecho, y mi cabeza va a explotar. Soy incapaz de conciliar el sueño, atormentado por mi conciencia, por saber que he hecho mal y por el hecho de que todo aquello que siempre he criticado haya pasado después de todo.
Sí amigos, he sido infiel...¡y me ha gustado, maldita sea!
He escrito en otro blog...
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¿No es lo que esperábais? Anda golfos, que se cree el ladrón que todos son de su condición. Qué bien os sentiríais si mi infidelidad conyevara haber estado entre dos deliciosas y largas piernas deseosas del amor y placer (no necesariamente en la misma proporción).
Siento decepcionaros, pero mi fidelidad a mi pareja sigue intacta y gracias a eso no tengo poblemas para conciliar el sueño por las noches, e incluso algún que otro día a media tarde.
Muchos os estaréis preguntando adónde quiero llegar con todo este rollo. Pues bien, esta entrada va dedicada a todos aquellos que, leyendo la introduicción, habéis sentido ese cusioso alivio que provoca el "mal de muchos, consuelo de tontos". No os voy a juzgar en exceso (panda de cabrones), la Navidad es además de un momento de concordia y amor con el mundo y la familia, un momento en el que uno sale más de la cuenta, bebe más de la cuenta y se encuentra con esa tentación inventada por Satanás para acabar con la lealtad de pareja en el mundo y que todos conocemos como "cenas de empresa".
Que el roce hace el cariño es incontestable. Pues bien, en las cenas de empresa esa compañera de trabajo resultona que todos hemos tenido y a la que ves a diario, se presenta a la cena con un escote que quita el hipo. Tú por tu parte también estás guapete (dentro de lo guapo que puedes llegara a estar). Si mezclamos esto con cena, fiesta en discoteca y más copas de las que podríamos contar en esta entrada, el resultado es que la muchacha generará un deseo irreprimible de mirar a Cuenca y tú uno si cabe mayor de ayudarla a satisfacer dicha cusiosidad turística.
* Antropologos de la universidad de Castilla la Mancha afirman que el deseo de mirar la belleza conquense se remonta incluso a tiempos preteritos a la fundación de la ciudad, cuando los hombres no eran más que monos.
Sea como fuere a la mañana siguiente te levantas con un dolor de cabeza inmenso al que no ayuda un tal Pepito grillo (que todos tenemos aunque alguno se empeñe en decir que se extinguió hace años) diciéndote que has sido un perfecto capullo y que deberías hacer algo para enmendarlo en la medida de lo posible. La mayoría opta por ignorarlo con la curiosa esperanza, recurrente en el ser humano, de que si no hablamos de algo, no ha pasado. Pero sí ha pasado amigos míos. La habéis cagado bien cagada y cualquier salida digna pasa por que reconozcáis a vuestra pareja lo que ha pasado. Y aquí estoy yo para aconsejaros cómo hacerlo.
Reconozco mi falta de experiencia en el tema. Lo que tiene eso de ser decente es que no he confesado nunca ina infidelidad porque no tenía infidelidad que confesar. Pero para estos momentos contamos con el inestimable asesoramiento de la canción melódica, fuente infinita de sabiduría emocional que dispone de versos para cualquier situación posible.
Como esta entrada no va solo dirigida al público masculino (que las mujeres golfeais como el que más en las cenas de empresa...y en la vida en general) voy a dar dos formas de dar la misma noticia: la femenina y la masculina.
VERSIÓN FEMENINA
Las mujeres son diferentes y tienene el don de dar la vuelta a las cosas. Da exactamente igual lo que pase, siempre será culpa del chico. Y no hay mejor forma de ilustrar esto que con "Lo siento mi amor", de la cantante más grande que ha dado España: Rocío Jurado.
Vamos paso a paso. La canción empieza así:
Lo siento, mi amor,
pero hoy te lo voy a decir
aunque pueda faltarme el valor
al hablarte a la cara.
Lo siento, mi amor,
pero ya me cansé de fingir
y pretendo acabar de una vez
para siempre esta farsa.
Lo siento, mi amor,
lo siento, mi amor,
lo siento, mi amor.
Las mujeres son muy listas. La verdad es que, como forma de introducir lo que vas a decir, es realmente muy buen modo de empezar. El pobre hombre que vaya a recibir la noticia se ve en la situación de que le han pedido perdón cinco veces y que la mujer parece estar experimentando un sufrimiento infinito. El resultado no es otro que el que nuestra querida cantante quería: el pobre desgraciado siente irremediablemente pena por la muchacha. "Pobrecita cuánto sufre y qué arrepentida está de lo que me ha hecho"- piensa el señor.
El pobre hombre ya tiene casi perdonada la falta sin nisiquiera saber el pecado ni conocer penitencia alguna. Y entonces, en ese momento de debilidad de la víctima, cuando ella lo tiene exactamente donde lo quería tener, viene esto:
Hace tiempo que no siento nada
al hacerlo contigo,
que mi cuerpo no tiembla de ganas
al verte encendido,
y tu cara y tu pecho y tus manos
parecen escarchas,
y tus besos, que ayer me excitaban,
no me dicen nada.
Rocío...te has pasao.
Una cosa es que le hayas puesto los cuernos a ese señor, que eso podría llegar a ser aceptable, y otra muy distinta que le digas eso. Incluso estoy seguro que el hombre habría preferido que en ese momento en el que tenía la guardia bajada (notesé el lenguaje pugilístico utilizado) le hubiéses sacado el corazón, se lo hubieses mordido, echado vinagre, rebozado en heces de camello y vuelto a poner en el pecho por vía anal antes que hacer lo que has hecho.
Y es que el hombre puede soportar cualquier cosa...cualquiera antes que escuchar que su habilidad amatoria es cuestionada. Rocío lo sabía como lo saben todas las mujeres del mundo.
¿Entonces por qué lo ha hecho?
Muchos pensaréis que no se está excusando, sino simplemente informando a su pareja de que algo va mal en la relación con intención de que se solucione. Sin embargo estáis equivocados. Todo esto de hacer que el marido baje la guardia para decirle que es una mierda en la cama no lo dice porque realmente lo piense así, sino porque está a punto de soltar el plato fuerte de la noche:
Y es que existe otro amor
que lo tengo callado, callado;
escondido y vibrando en mi alma,
queriendo gritarlo,
ya no puedo ocultarlo, no puedo callarlo,
no puedo
y prefiero decirlo y gritarlo
a seguirte fingiendo.
Cristiano Ronaldo el día en que su exnovia le cantó esta canción.
¿Recordáis lo que dije un poco más arriba? Las mujeres no saben aceptar las responsabilidad de nada que vaya mal en la pareja. Absolutamente todo es culpa del hombre. Si se ganstan mucho dinero es porque no les compras nada, si se les pinchan las ruedas del coche es porque tú no las has revisado y, por supuesto, si se han estado follando a otro es porque tú no se lo hacías suficientemetne bien. Según la filosofía femenina la infidelidad masculina es culpa de los hombres, que son unos viciosos y la femenina de los hombres también, que no saben echar un buen polvo. Si a algún hombre se le ocuirre utilizar esta técnica para confesar su infidelidad desde aquí se lo desaconsejo totalmente. Solo le vale a las mujeres y su uso siendo un varón únicamente te hará parecer más cabrón de lo que ya eres.
Después de decir esto la mujer deja a la pareja para irse con el nuevo semental, que ella considera que es una máquina absoluta en la cama y al que un día dejará por otro diciendole aquello de "se nos rompió el amor de tanto usarlo".
A mí obviamente no me han dejado nunca por otro por ser este mejor que yo en la cama porque no hay nadie mejor que yo en la cama...
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...?
Qué silencio más incómodo. Pasemos a la siguiente canción.
VERSIÓN MASCULINA
Un tío es un tío y tiene maldad como para poner a su compañera de trabajo contra la pared y darle los mejores 42 segundos de sexo de su vida pero no para torturar a su chica en la confesión. Pocas canciones podrían representar esto mejor que "El jardín prohibido", en este caso versionada por Sergio Dalma (que canta mucho mejor que Sandro Giacobbe).
Lo dicho, que un hombre no se anda con rodeos. Un tío que se viste por los pies se acerca a la muchacha, le mira directamente a los ojos y le suelta esta joyita:
Esta tarde vengo triste y tengo que decirte
que tu mejor amiga ha estado entre mis brazos
sus ojos me llamaban pidiendo mis caricias
su cuerpo me rogaba que le diera vida.
¡Con dos cojones! Sin florituras ni anestesias, Se dice: "mira chica, que me he follado a tu mejor amiga" y aquí paz y después gloria. Las cosas se dicen con honradez. Si te van a matar es mejor que lo hagan de un tiro en la cabeza que destripandote poco a poco como en la anterior canción. Esto sería lo que habría que hacer y lo honrado...pero evidentemente no se puede ser honrado e infiel al mismo tiempo. Así que la canción no acaba aquí.
Comí del fruto prohibido dejando el vestido
colgado de nuestra inconsciencia
mi cuerpo fué gozo durante un minuto,
mi mente lloraba tu ausencia.
no lo volveré a hacer más.
No lo volveré a hacer más.
En esta parte, para ser honesto, no estoy seguro de dónde empieza la disculpa y dónde acaba el bombardeo de información de cómo el amigo Sergio se andaba follando a la "mejor amiga" de la novia (para qué quiere enemigos esta muchacha). Atentos profesores de lengua que aquí hay un claro ejemplo de la importancia de las comas. Porque no es lo mismo decir "mi cuerpo fue gozo durante un minuto, mi mente lloraba tu ausencia" que "mi cuerpo fue gozo, durante un minuto mi cuerpo lloraba tu ausencia".
Personalmente me decanto más por la segunda opción, porque la primera implica necesariamente el reconocimiento por parte de Sergio de un grave problema de eyaculación precoz que nunca un hombre reconocería o, en caso contrario, la afirmación de que el goce del polvo se limitó a un minuto, lo que nos llevaría irremediablemente a la pregunta de "¿Y por qué seguiste follando si no te gustaba?".
Así que podemos decir que toda esta estrofa es una disculpa en la que se le dice a la muchacha que todo fue una inconsciencia, que incluso en esos tensos momentos en los que estaba sodomizando a esa querida amiga de la infancia, tuvo un momento para llorar por no encontrar a su linda esposa/novia con él y, ya de paso, que no lo volverá a hacer más. Es decir, una gran montaña de mentiras.
Sergio hace esto porque, al contrario que las mujeres, el hombre que es infiel acepta que quiere seguir siéndolo, y para eso necesita un pareja estable a la que adornar la frente con cierta asiduidad. Dicho en otras palabras, el discurso masculino que sigue a una infidelidad va dirigido a mantener la pareja, en contraste con el femenino que solo busca acabar con ella minando, en la medida de lo posible, la autoestima del varón.
Pues mi alma volaba a tu lado y mis ojos
decían cansados que eras tú, que eras tú.
Que siempre serás tú.
Lo siento mucho la vida es así
no la he inventado yo.
Si el placer me ha mirado a los ojos
y cogido por mano yo me he dejado llevar por mi cuerpo
y me he comportado como un ser humano
lo siento mucho la vida es así
no la he inventado yo
Estas dos estrofas van dirigidas a aquellos que realmente habían creído en el arrepentimiento de nuestro amigo Dalma. Es un discurso recurrente que aquellas que tengáis vuestra frente adornada habréis escuchado cientos de veces: "en realidad no sé qué pasó. Tú eres la única en la que pienso...incluso al hacerlo pensaba en ti, mi amor.". Esto se acompaña de un "¿qué querías que hiciese? se me insinuó, estaba ahí la muchacha y...a ver quién se resiste a eso, mi vida. Que yo soy de carne y hueso y quien diga que le pasa eso y no se deja llevar miente". Esto, que Sergio dice con mucho más arte usando el famoso "lo siento mucho, la vida es así, no la he invetado yo", quiere decir en roman paladino que la próxima vez que eso pase se va a volver a tirar a la muchacha, porque si "la vida es así" y "no la inventado él" ¿Cómo sabe que "no lo volverá a hacer más?"
No me preguntéis por qué pero este discurso funciona a las mil maravillas y yo estoy harto de ver a muchachas que valen un montón y que siguen con sus novios o maridos a pesar de tener que hacer maniobras para poder pasar por la puerta. Estos tienen el don de culpar siempre a la otra persona y desarrollar un discurso en el que la infidelidad parace incluso reforzar el amor que el corneador siente por el cornudo...increíble.
En cualquier caso en el momento en el que Sergio sabe que tiene a la chica a punto de caramelo, lo único que debe hacer es dar un último y poético zarpazo al corazón de su pareja para reforzar la idea de que realmente el sexo lo tuvo con la otra, pero el amor nunca se alejo de la cornúpeta:
Sus besos no me permitieron repetir tu nombre, y el suyo sí
por eso cuando la abrazaba me acordé de tí
Hay que tener los huevos como cocos.
CONCLUSIÓN
Por muy crueles que parezcan estas formas de cominucar las cosas, es siempre mejor decirlas que callarlas. En cada uno queda la decisión de dar o no segundas oportnuidades, terceras, cuartas, quincuagesimonovenas...etc, en las que yo no creo. Pero quien tiene valor para tener sexo oral con el compañero de trabajo, vecino, butanero o párroco debería tener las agallas de utilizar esa misma boca para confesar lo que hizo.
Eso sí...chicas no cuestionéis la sexualidad de nadie... ¡que eso destroza vidas, joder!
Bravo. Genial, instructivo y preciso artículo. Aunque a mí me gusta más la versión del Chaval de la Peca
ResponderEliminarAsí da gusto. Me agrada saber que te gustan mis entradas tanto como me disgustan a mí tus preferencias musicales. Jejeje. En serio, el Chaval de la Peca tuvo algún momento de gloria, pero no fue cantando "El jardín prohibido".
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