viernes, 29 de junio de 2012

La ciencia como fe.

En los últimos años reconozco que no puedo con la vida. El título del blog no es solo una cosilla graciosa que se me ocurrió cuando me di cuenta de que mi primera idea estaba ya inventada, sino que en el fondo resulta un perfecto resumen de lo que opino de la realidad contemporánea.

Me considero una persona bastante sociable y a veces tengo demasiada tendencia a empatizar con todo el mundo, esto es ponerme en el lugar del otro tratando de ver la realidad desde su punto de vista antes de formular cualquier crítica o juicio. En otras palabras, procuro no criticar a los demás por hacer algo que yo estoy haciendo. Esto que parece de sentido común es menos obvio de lo que parece, puesto que a todos nos cuesta en mayor o menor medida analizar nuestros comportamientos con objetividad. Sin embargo recomiendo encarecidamente hacerlo porque uno se da cuenta de que no es tan diferente a los demás.

Me considero un defensor del individuo y de la libertad en el sentido más amplio del término, pero de una libertad realista y no utópica. Confío en que las personas saben lo que tienen que hacer porque hay muy pocos individuos, como hay muy pocas sociedades, que hayan hecho lo que hacen por mero azar o capricho. Con esto quiero decir que respeto lo que la gente piensa, respeto que la gente defienda sus ideales y que luche por ellos, pero lo que me cuesta mucho trabajo respetar es la tendencia a mirar por encima del hombro que muchos personajes tienen.

Claro ejemplar de listillo. 
Todos hemos escuchado frases del tipo "este es un país de paletos, mira cómo se ponen con el fútbol", "como este es el país de la pandereta nos gobierna quien nos gobierna" o "¿qué vas a esperar de un país que ve Sálvame?". De las personas que pronuncian estas afirmaciones se puede decir que odian el fútbol, al Gobierno y "Sálvame" respectivamente y, por otro lado, que son unos listos que se creen que aquello que va radicalmente contra sus gustos es necesariamente obra de seres intelectualmente inferiores. O, lo que es lo mismo, que ellos son intelectualmente superiores por el mero hecho de no tener esos gustos o inquietudes políticas. Sin embargo es altamente probable que quien critica al aficionado al fútbol trasnoche los fines de semana para ver el European Poker Tour; que quien detesta al partido que gobierna defienda al suyo con el argumento de "es que en mi familia siempre hemos sido de..." y que quien demoniza a los seguidores de la Esteban se pase horas discutiendo en foros especializados sobre la posible homosexualidad de Hitler o sobre si Tyrion Lannister podría o no ser un candidato óptimo para ocupar el Trono de Hierro. Yo no critico ni lo uno ni lo otro, cada uno tiene derecho a perder el tiempo con las tontunas que más le plazcan, yo tengo las mías.

Recientemente he tenido una larga discusión a través de Twitter con @adrianesx, quien dirige el blog "De prosa a poesía", cuya lectura os recomiendo encarecidamente. Resulta que @adrianesx es "ateo practicante", es decir que defiende su ateísmo con una considerable pasión y más que razonable frecuencia. Por otro lado yo, como ya he dicho alguna vez,  me considero Cristiano; creo en las enseñanzas de Cristo, creo que murió en la cruz, que resucitó y todas esas cosas que a los cristianos nos da por creer. La conversación fue bastante tópica y predecible, ninguno de los dos descubrimos nada nuevo y todo lo que os pueda decir que nos argumentamos el uno al otro es algo que habréis oído miles de veces. Sin embargo en un momento yo le dije algo que creo profundamente, y es que el ateísmo es vivido por sus adeptos de la misma forma y con la misma fe que la religión por los creyentes. En otras palabras, que el ateísmo se comporta en la práctica del mismo modo que lo hace cualquier religión. Sorprendentemente @adrianesx se mostró muy ofendido, sin embargo esta entrada no quiere ofender a nadie y sinceramente espero que al no tener el límite de los 140 caracteres, una vez termine de leerla no se sienta atacado, porque no es la intención de la misma. Ya dije hace casi un año que escribiría sobre el tema y como buen español no dedicado a la política me gusta, aunque sea tarde, cumplir mis promesas.

En esta entrada pretendo demostrar o al menos hacer ver al lector que los ateos atacan a la religión del mismo modo y por motivos similares a los que llevaban a los católicos a atacar a los protestantes o viceversa y los que han llevado a los fieles de cualquier religión a atacar a los de otra. Es decir, que básicamente se trata de criticar al otro por sostener unos principios distintos a aquellos en los que yo tengo fe, pero con una capacidad escasa o nula de defender los míos por mis propios medios. 

Para empezar un razonamiento debería aclarar a lo que me refiero con la expresión "tener fe", lo que en realidad significa esa palabra. Hace alrededor de un año yo definí la fe como "creer cosas en las que fundamentar nuestra concepción del mundo sin ser capaces de explicarlas". Como definición no está mal aunque he tenido días mejores, sin embargo voy adjuntar otra que ahonda mucho más en lo que yo quiero explicar hoy. La RAE define "fe" en su quinta  acepción como "Creencia que se da a algo por la autoridad de quien lo dice o por la fama pública". 

Pues bien, todos aquellos que, siendo creyentes en cualquier tipo de religión, hayáis empezado una conversación sobre el tema de Dios habréis comprobado que los argumentos contra su existencia van directamente al plano de la ciencia empírica, es decir oiréis: "¿qué pruebas tienes de eso?" o "científicamente no se sostiene la existencia de Dios". Esto prueba dos cosas: 

 1º- Que los ateos tienen vocación de extender su fe por el mundo. Esta práctica fue muy común entre miembros de otras religiones en otros tiempos, sin embargo yo solo la he experimentado en la actualidad con los ateos. Es cierto que la mayoría de religiones dan la responsabilidad implícita o explícitamente a sus adeptos de extender los mandamientos por el mundo, sin embargo esto no se practica en el día a día. He trabajado con musulmanes, ortodoxos, protestantes, católicos, evangélicos, hindúes y ninguno ha tratado de que me uniese a su religión, sin embargo he visto decenas de veces ese comportamiento en ateos. Muchos pensaréis que exagero y que cualquier curilla de parroquia de barrio estará como loco por meterte ideas católicas en la cabeza, como todo pastor evangélico que se precie (que tienen hasta sus programas de televisión) e incluso señoras de los Testigos de Jehova, que llaman a tu puerta y cuesta horrores deshacerse de ellas. Tenéis razón, todos esos tratan de que nos convirtamos a su fe, sin embargo la diferencia con el ateo consiste en que los primeros están haciendo su trabajo. No he visto nunca a un católico de a pie tratando de convencer a un amigo ateo de los poderes milagrosos del Cristo de Medinaceli mientras que comen el bocadillo en la Universidad, sin embargo los ateos lo hacen a diario.

2º- Que los ateos no creen en absoluto en la existencia de Dios o cualquier ser abstracto y/o espiritual superior al ser humano, pero sí que creen en la ciencia. Del mismo modo que en otros tiempos cualquier razonamiento debía incluir a Dios para ser aceptado ahora nada es mínimamente plausible si no está dentro de los cánones de esa cosa que tanto nos gusta nombrar llamada "ciencia". 

Una vez pasada la fase en la que el ateo te recuerda que no puedes demostrar la existencia de Dios ni por supuesto la explicación mítica que la religión de turno da a temas como el del origen del Universo, aconsejo aplicar las mismas exigencias a aquellos que nos las exigen. Por lo tanto es el momento de preguntar al ateo por su idea de cómo se originó el Universo. Será cuestión de tiempo que salga en la conversación el tema del "Big Bang". El Big Bang explica que el Universo se originó en una singularidad espaciontemporal de densidad infinita matemáticamente paradójica. El espacio se ha expandido desde entonces, por lo que los objetos astrofísicos se han alejado unos de otros. Una vez que os expliquen esto con las palabras que sean les podéis pedir que ahonden en los detalles, cosas como la no existencia del tiempo ni del espacio fuera de esa cosa que explotó, qué había antes de eso, cómo podía existir un antes si no existía el tiempo, etc. Tarde o temprano alguien dirá que eso no admite duda porque está demostrado, sin embargo cuando pidáis que se os demuestre o que se os explique pormenorizadamente, el 99% de las personas no sabrán hacerlo.


Ese es el punto principal de mi argumentación, que la inmensa mayoría de los que defienden un mundo racional basado únicamente en los principios de la ciencia no tienen ni idea de los principios científicos que defienden. Esta realidad es rebatida por lo general afirmando que quien nos habla no puede ni sabe demostrarlo pero que ha habido científicos que sí lo han hecho, es incluso posible que se nos muestre algún artículo en internet o en alguna revista de divulgación científica para "demostrárnoslo". Sin embargo el hecho es que eso no demuestra nada sin fe en la fuente y en el mensajero. Es decir, si Stephen Hawking dice que en los agujeros negros sería posible hacer viajes espacio-temporales, nosotros nos lo creemos porque tenemos fe en que Stephen Hawking no dice las cosas porque sí, en que lo que dice es una verdad a la que él, a través de sus conocimientos, ha tenido acceso. Tenemos la misma fe o más en que la "comunidad científica" ha aceptado como correctas sus pruebas y, por supuesto, en que los científicos no admitirían ninguna prueba si esta no fuera cierta. En resumen, no tenemos más argumento ni prueba para demostrar la afirmación de Hawking que la fe depositada en una persona o grupos de personas. Suponemos que todo lo han hecho bien, pero no lo sabemos a ciencia cierta (curiosa expresión). Suponemos que ellos tienen un conocimiento del que nosotros carecemos y que los acerca mucho más a la verdad, pero no lo sabemos. A nivel individual no supone mucha diferencia con la fe que pone el católico en las palabras de los profetas  y en las aclaraciones, explicaciones y supervisiones que hacen de estas el Papa y los obispos en cada concilio. Es decir, el católico cree lo que cree porque cree que el profeta no dice las cosas porque sí, porque cree que éste dice una verdad a la que él, a través de sus conocimientos, ha tenido acceso; y porque tiene la misma fe o más en que los obispos y teólogos no admitirían ninguna de estas afirmaciones si no fueran ciertas. Tanto el ateo como, en este caso, el católico afirman lo que afirman por la fe que tienen depositada en una persona o grupo de personas.

Al ateo le vale cualquier explicación que venga con la etiqueta científica. Recomiendo que echéis un vistazo acompañados de amigos ateos a varios de los programas que en las últimas temporadas Punset dedicó en su programa "Redes" a la Teoría de Cuerdas (confieso que me fascinan). El desarrollo en los últimos años de la física cuántica se ha popularizado mucho. Gracias a la física cuántica oímos esta afirmación fascinante que tantos ateos defienden de que "está demostrado" que existen diez o doce dimensiones y no solo las cuatro que percibimos. Esta afirmación no deja de ser curiosa porque en ella el ateo afirma creer en algo que, en ningún caso podría ver ni sentir, solo deducir de un modelo matemático (en el hipotético caso casi imposible de que su conocimiento en matemáticas sea supino) pero es científico y vale. Simplificándolo todo mucho, lo que se afirma es que cada una de las posibilidades ante un acontecimiento físico, no solo son posibles, sino que en realidad ocurren. El motivo de que solo veamos una de las consecuencias ante una acción física es que nosotros nos encontramos en el universo en el que esa acción ocurre. Esto tan enrevesado nos otorga a nosotros como individuos nada más y nada menos que la capacidad de crear universos paralelos completos con el mero hecho de lanzar una moneda al aire (creando un universo en el que sale cara y otro en el que sale cruz con un futuro y un desarrollo totalmente distintos entre sí). En caso de ser cierta, esto significaría la existencia de universos infinitos (Multiverso), e incluso la existencia de universos en los que las leyes de la física se comportasen de modo distinto al nuestro, universos con solo dos dimensiones, universos en los que las densidades, la gravedad, el tiempo fuesen diferentes.

Si hacéis el experimento que os he dicho, al final del programa el ateo creerá en la posibilidad de universos paralelos y, no solo eso, sino en su capacidad personal de crearlos por sí mismo. Es decir, creerá en la magia porque la ciencia le ha dicho que la magia cabe dentro de un modelo matemático. Obviamente él no es capaz de entender por qué ocurre esto, pero en realidad le da igual, asume que otros sí lo entienden y él tiene fe en estos. Solo dejará de creer en ello si otro científico o grupo de científicos convencen a la mayoría de científicos de que eso es solo magia y de que las ecuaciones que llevaron a plantearse esa teoría estaban erradas en su quincuagesimotercer paso. En ese momento volverá a cambiar de opinión respecto a la existencia del Multiverso porque sus profetas, sus sacerdotes y sus "teólogos" le han dicho que los planteamiento iniciales no eran correctos. Sería parecido a lo que sintió un católico cualquiera cuando la Iglesia le dijo que no era necesario hablarle a Dios en Latín, que Él también entendía el Gallego.

Uno de los pilares de las religiones es la oración. La oración suele ser un momento de súplica al dios o dioses. Esto se hace con la esperanza, la fe, de que la divinidad haga cosas que aún no ha hecho. De tal modo en los pueblos sacan a los santos porque creen que en el futuro el santo puede hacer que llueva en zonas semidesérticas, porque creen que puede hacer que su hija encuentra un buen marido, que el embarazo sea perfecto o que esa enfermedad genética pueda desaparecer milagrosamente. En otras palabras, una de las características de la fe religiosa consiste en creer que la divinidad puede hacer cosas que no ha hecho todavía (encontrar el amor, dar salud, que nos toque la lotería). Evidentemente para esta predicción el devoto no tiene ninguna prueba, el hecho de que a mi vecina le tocase la Bono Loto después de rezar a San Romualdo no implica que eso me vaya a pasar a mí, pero confío en que me pase y por eso rezo al santo. Tengo fe en él.

Pues, volviendo al Universo, hay una cosa curiosísima en la composición del mismo. Resulta que sabemos de qué está compuesto en aproximadamente un 4% , que es la materia convencional o conocida. O lo que es lo mismo, no tenemos ni idea de qué está compuesto el 96% de la materia que nos rodea. Para poder hablar de esta anomalía se ha bautizado a este 96% como materia y energía oscura. La materia y energía oscura es , simplificándolo mucho, algo que tiene que estar pero no estamos seguros ni podemos demostrar que esté. Sin embargo, ante estas y otras ilagunas que tiene la ciencia en general y la física en particular, el ateo con fe en la ciencia y los científicos responde "el que no lo hayan explicado a día de hoy no implica que no lo vayan a hacer en el futuro". De esta forma el ateo demuestra que su fe en la ciencia es tan ciega que no está dispuesto a creer ni tan siquiera a plantearse nada alternativo hasta que la ciencia le diga qué creer. Es más, cree fervientemente en que la ciencia va a explicar y dar solución a algo que nunca jamás ha solucionado de la misma forma en la que yo creo que rezando a San Romualdo me va a tocar la Bono Loto. Porque hay algo bastante claro en lo que espero que todos podemos convenir: la ciencia ha explicado una pequeñísima parte de la realidad, es mucho más lo que los científicos afirman que no saben que lo que dicen que saben.

Después de esto, creo que una filosofía basada en la ciencia que, en la práctica general, se basa en la confianza en las personas por encima de la comprensión de lo que dicen; una filosofía que permite plantearse creer en la magia, en mundos paralelos, en infinitos indivíduos idénticos a mí repartidos por el Multiverso fruto de todas las decisiones que he podido tomar; una filosofía que cree firmemente que se van a explicar todas las dudas existentes tarde o temprano porque el camino propio es El Camino; una filosofía que permite unir esos tres elementos es una filosofía que se puede decir que se vive desde la fe.


Antes de terminar me gustaría aclarar un pequeño error que todos cometemos y que yo he aceptado e introducido adrede en esta entrada. Se utiliza muy a menudo la palabra "ciencia" incorrectamente refiriéndose a las ciencias exactas y como contraposición a la religión. Decir que la religión es una ciencia me parecería un exceso, pero desde luego que la teología lo es, del mismo modo que lo es la filosofía o la historia. Porque una ciencia no implica que el conocimiento que se obtenga a través de ella sea infalible. Un profesor nos dijo durante la carrera que una ciencia es un conjunto ordenado de conocimientos. La RAE define "ciencia" como  "conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales".



Y por último, quiero disculparme por la extensión de la entrada de hoy y aclarar que todo lo dicho no pretende ofender a nadie. No he negado la validez de la ciencia, simplemente he analizado la forma que el común de los mortales tiene de vivirla e interpretarla. De hecho yo creo en la ciencia y creo firmemente que ciencia y religión son perfectamente compatibles y en ningún momento he pretendido negar el Big Bang o cosas similares, simplemente hacer ver a aquellos que presumen de independientes, racionales e inquietos frente a los cegados por la fe, supersticiosos, irracionales y dóciles fieles de una religión X, en realidad no son muy diferente a a ellos, simplemente han elegido "su religión". Respetad a los que han elegido otra y no os creáis superiores ni moral ni intelectualmente a ellos, porque ni ellos ni vosotros lo sois.

Gracias por leer hasta el final.

viernes, 15 de junio de 2012

Gente que mola.

¡Notición! No me he muerto.

Repasando el blog no sería muy descabellado pensar que hubiese sido secuestrado o sido víctima de un asesinato selectivo por parte de alguna mafia feminista o de alguno de esos pseudointelectuales gafapastas aficionados a unir palabras contrapuestas como "discriminación" y "positiva". Pero no, sigo vivito y coleando y aunque a más de una y uno (lo de escribir un@ me parece una gilipollez) se les ha pasado la idea por la cabeza, la han desestimado por el mismo motivo que todos acallamos nuestros deseos asesinos: por miedo a que nos pillen después.

El tema, que no es que ande yo de crisis creativa, nada más lejos de la realidad. De hecho creo que la creativa es la única crisis que no tengo. El motivo de este paréntesis es que estoy inmerso en una de esas pocas locuras comparables al matrimonio hoy día: me estoy haciendo empresario.

Chicas, se rumorea que en la cama es la caña. 
Sé lo que estáis pensando: "tío, tú antes molabas", y es verdad, antes molaba...pero qué se le va a hacer, no se puede estar molando tanto tanto tiempo, es agotador. Pero tranquilos, me he encargado de buscaros un digno sucesor, un correcto referente, un tipo de esos de los que merece la pena tener una foto para colgarla en el espejo y poder decir todas las mañanas: "yo quiero ser como él". Señoras y señores, Santy Pérez.

Jason Stahan es tan guay que el 95% de los varones heterosexuales se percatan de su presencia en esta foto.  




Muchos os preguntaréis por qué he elegido como a este tipo como sucesor, os merecéis una explicación. Esto se basa en un principio tan obvio, machista y repugnante que suele darnos vergüenza pronunciar: un hombre mola en tanto en cuanto tiene recursos para follarse a mujeres. Este es un principio universal. Un hombre mola más cuantas más mujeres es capaz de follarse y/o cuanto más buenas están las féminas que gozan de sus embestidas amatorias. Se puede aplicar a todo varón adulto desde Flavio Briatore a David Hasselhoff  pasando por Jason Stahan, con la única excepción de Danny De Vito, que mola por motivos desconocidos aún por la ciencia.
Stallone, sé que me lees con asiduidad...queremos a Danny De Vito en "The Expendables III"
Pues bien, dado que el razonamiento anterior es difícilmente cuestionable, Santy Pérez mola, y mola más que yo. Porque si decir que tienes un blog es una excusa perfecta para empezar una conversación que acabe con tu cabeza entre las piernas de una bella dama, decir que tienes un disco hace que los jugos vaginales de las chicas se disparen a una velocidad tal que digas lo que digas después, ellas solo oirán "sexo, sexo, sexo, sexo...". Santy Pérez tiene un disco, pero no solo eso, el disco es muy bueno, así que por mucho que dé a entender que un cantante no folla a diario, eso no se lo cree nadie.
Las Autoridades Sanitarias recomiendan no confundir al verdadero Santy Pérez con este  cantamañanas. 

Me encanta enrollarme con las presentaciones. Señoras y señores: "Charlas de ética".





 
                                                              Los que me hayáis leído desde el principio sabréis que tengo cierto cariño a este muchacho, pero precisamente por eso voy a tratar de ser objetivo al hablar del disco olvidando que me lo regaló con una muy bonita dedicatoria y haciendo como que no recuerdo al niño de pelo alborotado que estaba detrás de una guitarra ansioso por aprender más cosas de las que yo era capaz de enseñarle. Trataré que con tanto olvido se me pase por alto también que aquel niño que tocaba el Hosana en el  coro de la Iglesia se haya convertido en un cabrón tocapelotas del primer calibre.

Si algo no se le puede negar al muchacho es que le gusta provocar, ser rebelde, incitar al pensamiento crítico, ser poco condescendiente con los poderosos (casi con todos) y cualquiera de las acepciones que se os ocurran para el noble arte español de dar por culo al prójimo. Es por eso que nada más empezar el disco nos encontramos con una potente guitarra eléctrica que da paso a "Y esta noche...", donde el amigo se pone en la piel de Ginés, el sheriff de Coslada . Sí, es ese Ginés que tenía acojonada a una ciudad de casi cien mil personas, ese del que la gente no quería soltar prenda hasta que entrase en la cárcel, el que se iba de putas y a cenar sin pagar, ese tipo que nadie querría tener como enemigo, ya sabes. Pues a ese tipo a tenido a bien Santy Pérez tocar los huevos durante los primeros cuatro minutos de su primer disco... Os he dicho que molaba y que su disco era muy bueno, no he comentado nada de su inteligencia ni de su preocupación por su integridad física. "Sé que a Ginés no le ha gustado la canción", declaró el cantautor...en fin. si alguno estaba pensando en acabar con la vida de este muchacho no hay mejor momento que este, el principal sospechoso será el antiguo Jefe de Policía de Coslada...así que al lío.

Esta vocación de ser incómodo a los cabrones es una costumbre que debiera ser obligatoria para que a uno le publicasen determinados discos, así que desde aquí animo al artista para que siga por esa senda. Eso sí, estaría bien que el tema no fuese tan local porque no me imagino a un gallego allá en Lugo metiendo esta canción en su MP3 (espero que pagando).

Dicho esto, las demás son canciones universales, más profundas de lo que me esperaba antes de abrir el disco y por lo generas bien construidas, a pesar de que hay algunos momentos en que la vocación por la rima ha estropeado más que adornado alguno de los versos. Se me ocurren muchas cosas que decir, así que en lugar de apuntarlas en un papel y tratar de adornarlas, os las voy a decir según se me pasen por la cabeza.

Me gustan las canciones de rupturas, pero no de esas de "cuánto te quiero", "¿qué me has hecho?" y sandeces baratas de ese estilo, sino las que describen ese ambiente de ausencia, de dolor de brazo amputado, de paréntesis, de silencio radiofónico... Entre mis favoritas está una obra literaria de primer nivel que Joaquín Sabina publicó bajo el título de "Agua pasada", y que empieza así:

Lo peor del amor cuando termina
son las habitaciones ventiladas, 
el solo de pijamas con sordina, 
la adrenalina en camas separadas. 

Y en la misma lista de canciones favoritas sobre rupturas pondría el primer single de "Charlas de Ética" titulado "Restos de Stock", Santy Pérez es mucho menos poético (él lo sabe) pero tiene ese toque sabinesco  al que muy pocos han sabido acercarse sin caer en el plagio barato y nos deja versos como estos: 

Quedan un listado con reproches,
 recuerdos de eternas noches y regalos de aniversario.
 Quedan dos amantes endeudados
 y un par de días marcados en tu antiguo calendario.

Y esto lo escribió un chaval de 22 años... yo necesito dos o tres entradas de las mías en el blog para decir la mitad. 

Y no es esto en lo único que se parece al maestro de maestros, ha heredado de él y de otros como Krahe y su gran maestro, mentor y amigo José Córdova "Chivi", esta forma de contar películas de tres minutos en las que los personajes alcanzan una dimensión que va más allá de las palabras que los describen, como en la aventura sexual en la que se convirtió una excursión de la Parroquia que se nos narra bajo el título de "España 0- Ecuador 3", o con personajes como esa "María" "tan legal, tan clandestina, tan tierna y tan arpía, tan de todos y tan mía, tan madura y tan cría...". 

Ah, se me olvidaba mi canción favorita del disco...diría muchas cosas de ella, pero me estoy alargando...así que aquí va el videoclip (que no le hace justicia al temazo): "Romeo y Julieta" (con José Córdoba) 


  Como conclusión me queda decir casi lo mismo que dije al principio, el disco es mejorable, pero es realmente un extraordinariamente bueno primer trabajo. Todos los que creamo, ya sea literatura, múcia, pintura etc, tendemos a arrepentirnos de nuestros comienzos, sin embargo considero que Santy no debería nunca renegar ni avergonzarse de su primer trabajo, ya que es mejor que el mejor de muchos otros que se consideran grandes artistas. He dicho. 

Ah, que no se me olvide, de lo mejor que tiene este disco es que ha sido capaz de condensar en una frase la mitad del espíritu de este blog (sobre todo de su primera etapa) Si lo hubiese sabido en lugar de escribir tantas entradas sobre malas mujeres me hubiera limitado simplemente a decir "Qué le vas a hacer si las niñas a veces salen putas." Cuánta sabiduría...

Así que Santy, enhorabuena, sigue así, aunque con menos excesos por mucho que ames el Carpe Diem (ese amor se pasa con el primer infarto, pero es mejor no llegar a él). Y no dejes de publicar discos por mucho que la Música no dé de comer. Un abrazo. 

Hasta la próxima entrada.