martes, 15 de abril de 2014

Mato a perros y gatos a diario (reflexión).

Acabo de subir una entrada titulada "Mato perros y gatos a diario" y voy a escribir esta para subir dentro de unos días. Para tranquilidad de todos mis lectores (que espero y deseo que me hayan puesto a parir mientras leían) nunca he matado a ningún perro ni ningún gato. Soy de los que frena el coche si ve un ratón en la carretera y generalmente (no siempre) opto por coger a las moscas con la mano (he perfeccionado la técnica durante años) para echarlas a la calle vivitas y coleando.

Precisamente la entrada anterior era un juego para invitar a la reflexión de todos aquellos que por h o por b ponen a caer de un burro a quienes comen carne o aman la fiesta de los toros argumentando que matar a un animal está mal; que es un hecho que nos aleja de la humanidad y nos convierte en miserables morales, bla bla, bla. El hecho es que todo lo que he dicho en la entrada anterior referido a los perros y gatos es lo que hacemos a diario con moscas y mosquitos. Todos sin excepción hemos matado moscas, mosquitos y demás insectos por docenas y en ningún momento nos hemos sentido culpables por ello. No creo que ninguno de vosotros haya llamado salvaje a su madre por rociar la casa de insecticida, que no es otra cosa que veneno que seguramente provoque un dolor insufrible a las moscas y mosquitos que sufren sus efectos. Yo mismo publiqué el verano pasado una entrada dedicada al exterminio masivo de mosquitos y nadie se sorprendió por ello como sí lo habría hecho en el caso de que la entrada se titulase "Máquina de matar perros".  ¿Acaso las moscas y mosquitos son menos animales que los perros y gatos? ¿Por qué matar a unos es moral y no lo es matar a otros?

Trataré de ser breve explicando la reflexión que querría que mis lectores hiciesen tras leer estas dos entradas. Ante la valoración moral de matar a un animal, desde mi punto de vista sólo existen dos posturas aceptables:


  • 1º Matar a los animales está mal. Punto. No existen peros ni matices. Todos los animales tienen derecho a la vida y matarlos es deleznable, sea cual sea el animal y sea cual sea el modo en el que se le mata. Solo existirían dos excepciones a esta regla: 
    • A- El animal es un peligro obvio y evidente para mi superviviencia. Sería algo como "me ne encontrado con un león en mitad de la nada y ha intentado atacarme, es él o yo", o "hay una araña terriblemente venenosa en mi cuarto de baño y no voy a permitir que me pique a mí o a mis hijos". 
    • B- El animal está en agonía por una muerte inevitable y que le produce un terrible dolor, en cuyo caso matarlo es un alivio en lugar de un acto de crueldad. 
  •    2º Aceptar que todos los animales no son iguales y que hay una cercanía subjetiva de unos por encima de otros que hace que, por ejemplo, los perros estén más cerca moralmente de los humanos que las vacas (y por eso comerlos en Europa nos parece repugnante) o que una tortuguita merece vivir más que una cucaracha. En ese caso es obvio que el criterio que nos hace clasificar a los animales como "matables" o "inmatables" es totalmente subjetivo, con lo que no existe razón objetiva para que matar a una mosca porque nos molesta su zumbido esté bien, pero matar a un toro en una plaza como muestra artística (más o menos cuestionable) esté mal, pues ambas cosas son absolutamente prescindibles y esencialmente egoístas por parte del ser humano. 

Con esto no quiero decir que no se pueda criticar el maltrato animal que uno considere que existe. Yo soy el primero al que se le revuelven las tripas al ver a un dueño que trata a palos a sus perros y que mandaría a campos de concentración a esa panda de energúmenos que se retratan con cadáveres de gatitos para colgarlos orgullosos en Internet. Sin embargo considero, que para que exista un debate constructivo tenemos que asumir que la valoración moral de la vida de los animales es, esencialmente, subjetiva, asumiendo nuestras contradicciones y sabiendo que el debate, por tanto, no puede pasar por la simpleza de equiparar la vida humana con la de otro animal, porque sencillamente no existe razón para pensar que seamos iguales. Tener contradicciones internas no nos hace menos inteligentes, ni menos humanos, sino que nos hace humanos. Yo, por ejemplo, que como he dicho agarro a las moscas para sacarlas de casa siempre que puedo, disfruto enormemente de la fiesta de los toros. Me encanta ir a la plaza y solo siento no poder ir más a menudo. Yo asumo mis contradicciones, y las tomo como base para tratar de llegar a determinadas conclusiones lógicas en los debates que puedo mantener al respecto. Pero centrar el debate en el absurdo argumento de "matar animales es malo y no matarlos es bueno" es esencialmente absurdo, porque nos convertiría a todos en "malos" y, creo que es obvio que, en esencia, no lo somos. 

martes, 8 de abril de 2014

Mato perros y gatos a diario.

Pues sí, tengo que decirlo, porque parece que matar animales ahora es un pecado del que uno deba avergonzarse. Vivo en una zona en la que hay cientos de perros y gatos que me molestan sobremanera, con lo cual desde hace años he optado por matar a todo aquel que alcanzo.

Debo reconocer que podría hacer mi vida sin demasiada complicación con esas pequeñas bestias alrededor, sin embargo no me sale de los cojones hacerlo. Me molesta el ruido que hacen al ladrar, maullar e incluso el del ronroneo, que me impide realizar de un modo óptimo tareas como leer, escribir o ver la televisión. Es realmente incómodo tratar de preparar unas oposiciones con un par de bichos inmundos que no paran de ladrar. Así que he optado por envenenarlos.

Por fortuna he encontrado el veneno muy barato en una tienda cercana a mi casa. A pesar de su bajo precio estoy realmente satisfecho del resultado, pues me permite matar a varios animales al día en un espacio relativamente breve de tiempo, así que se lo he recomendado a un par de vecinos. El tiempo entre que los animales ingieren el veneno y mueren no es siempre el mismo, pero ronda los veinte minutos o media hora. Durante los primeros segundos parece que todo sigue igual para ellos, pero pasado un minuto o dos uno puede ver cómo la gracia que tenían antes y el brío que demostraban a la hora de tocar los cojones se va apagando, lo cual me satisface mucho. A medida que se van acercando a la muerte llega un momento en el que los animales pierden el equilibrio y comienzan a convulsionar durante minutos, cada vez más lento, hasta que finalmente se apagan y se les va la vida. En algunas ocasiones me siento generoso y los remato con un mazo que me permite darles semejante golpe que literalmente los aplasto. Generalmente mueren en el acto, pero otras se quedan boqueando con las tripas esparcidas a su alrededor. A veces uso exactamente el mismo instrumento para matar a los perros o a los gatos sin utilizar el veneno (así me ahorro el molesto olor que desprende a veces). Como los bichos estos corren como el mismísimo demonio, no me puedo permitir matarlos siempre así, pero en ocasiones cuando salgo al patio a tomarme una cervecita y se me cuela un gato desprevenido me parece hasta divertido el aplastar sus tripas contra el suelo. Como os he dicho, alrededor de mi casa se cuelan muchos gatos, con lo que a veces me cargo hasta cuatro y cinco gatos en la hora del aperitivo.

Seguro que pensáis que soy un hombre sin escrúpulos al que no le importa la muerte de otro ser vivo. No lo veáis así, porque sería cierto. Como os he dicho, mato a estos animales porque me molestan en labores cotidianas como ver la tele o leer, pero no solo por eso. Yo disfruto mucho de respirar aire puro, por lo que siempre que puedo dejo ventanas (ya a veces incluso puertas) abiertas, y como los perros y gatos de mi zona tienen esas confianzas pues entran sin miedo a casa. incluso son cariñoso y se acercan a lamerme, lo que me produce una terrible alergia y picores. Por mucho que quiera evitarlo, estos bichos me lamen como si yo fuera puro azúcar. Así que hace tiempo que decidí que prefería envenenar y matar a esas criaturas del diablo antes de tener que soportar un picor como aquel. A quien no le guste que se fastidie. Considero totalmente normal y lícito matar a un animal que además de molestarme, me produce semejante reacción alérgica.

Podéis ponerme a caer de un burro. De hecho si alguien quiere una explicación que me deje un mensaje y se la daré gustoso, pero ahora que viene el calor no voy a renunciar a abrir mis ventanas y a salir al patio a tomarme mi cervecita y os aseguro que mataré a todo aquel perro o gato que se me acerque.