El pasado día 25 de noviembre tuvimos a bien celebrar el "Día internacional contra la violencia a las mujeres (a los hombres que los maten, que al fin y al cabo tienen que pagar por tantos siglos de atropello machista)". Por supuesto que lo que hay entre los paréntesis es de cosecha propia, pero creo que no anda muy lejos del espíritu final que ha alimentado la existencia de un día internacional con tan vergonzoso título.
Amiga lectora, si ya estás muy indignada te pido por favor que esperes a la siguiente entrada y sigas leyendo como si esta no hubiese existido jamás. Porque lo que viene a continuación es una de esas entradas en las que los tópicos socialmente aceptados y promovidos por lo políticamente correcto brillarán por su ausencia. Hay dos cosas que tengo claras: no me siento culpable de ser un hombre y defender parcelas de libertad que se nos han quitado y, por otro lado, no creo en ningún tipo de superioridad moral de la mujer respecto al hombre. Así que frases del tipo "me siento orgullosa de ser mujer" me parecen tan absurdas como las de "me siento orgulloso de ser hombre" porque ni vosotras ni nosotros somos responsables de ser lo que somos.
Y es que aquella mañana de viernes amanecimos con la noticia de que un estudio de una respetadísima organización famosa por su independencia y objetividad (Federación de mujeres progresistas) había publicado los siguientes datos:
* El 80% de los entrevistados consideran que la chica debe complacer a su novio.
* El 40% de los entrevistados piensa que el chico tiene que protegerla a ella.
* El 60% está de acuerdo en que los celos son normales en una relación.
Estas opiniones, según la citada asociación, "denotan situaciones de control por parte de ellos y de sumisión por parte de ellas, lo que puede suponer el preludio y el inicio de episodios considerados como violencia de género". Entre el visionado de la noticia en televisión y la lectura de la nota de prensa he sacado dos conclusiones que desconocía hasta el momento: que el amor romántico es machista y que yo comparto la opinión de aquellos que muestran situaciones de control por parte de ellos y de sumisión por parte de ellas.
Sí queridos amigos. Si me preguntan si considero si una chica debe complacer a su novio, mi respuesta es que sí. Obviamente que debe hacerlo exactamente en la misma medida en la que un chico debe complacer a su novia y en la misma medida en la que un miembro de una pareja homosexual debe de complacer al otro miembro de la pareja. ¿Acaso la pareja no se sustenta en la voluntad recíproca de ambos miembros de complacerse mutuamente en la medida de lo posible? También considero que el chico debe proteger a la chica, yo protegeré a mi pareja de todo lo que pueda y no espero menos de ella hacia mí. Por último, creo que es un hecho objetivo que los celos son normales en una pareja. Y no lo creo porque sea partidario de ellos (no soy en absoluto celoso) sino porque considero que, teniendo en cuenta que lo contrario a "normal" es "raro", lo que es realmente raro es encontrar una sola pareja que no haya tenido ningún problema por celos. Por ese motivo debo concluir que los celos son "normales".
Pero lo más gracioso del asunto es que el estudio desliza la idea, desgraciadamente más que aceptada por muchos, de que estos comportamientos (voluntad de complacer, protección y celos) son "comportamientos masculinos". Pocas mentiras más grandes que esas se me ocurren. Sin embargo poco a poco nos han metido en la cabeza una serie de pequeños y sutiles datos que han llevado a la celebración del Día internacional contra la violencia a las mujeres, que no se dedica a denunciar la situación de la mujer en gran parte de los países subdesarrollados y en vías de desarrollo ( que conste que no me gusta nada esta definición) , sino a equiparar violencia doméstica con violencia ejercida contra las mujeres, terrorismo machista, violencia machista, feminicidio o majaderías similares que se les ocurren a nuestros gobernantes, periodistas y a asociaciones tan independientes como nuestras amigas de la Federación de mujeres progresistas.
Yo aquí estoy dispuesto a negar la mayor. No existe violencia ejercida contra las mujeres, sino violencia familiar. Y ésta tiene diferentes vertientes que la hacen distinta según los grupos que la sufren. En el caso de las mujeres se da una mayor incidencia en lo que se considera "violencia extrema", que no es más ni menos que aquella violencia física en la que las estadísticas en España muestran que murieron alrededor de un 74,4% de mujeres frente al 25,6% de hombres en el año 2008, según el CGPJ (Consejo General del Poder Judicial), cuando este tenía la decencia de incluir a los hombres en sus estadísticas.
Pero el principal problema es que las instituciones y la ley ignoran a ese 25,6% por el simple hecho de que son hombres. Tal vez por eso, el porcentaje de hombres maltratados en aquel 2008 fue nueve puntos y medio superior al de 2007, y tal vez por eso resulte tan difícil encontrar datos actualizados sobre el número de víctimas mortales masculinas. El feminismo está bien visto, y respeto que lo esté. Lo que me rechina es que se ignore a tantas miles de víctimas, que son tan víctimas como cualquiera, por el mero hecho de que tengan un pene entre las piernas. Lo que me molesta es que se destinen mis impuestos a costear estudios que obvian la existencia de víctimas masculinas. Me molesta que para el CGPJ las víctimas masculinas ya no existan porque ni se han tomado interés en buscarlas. Y este descaro es tan grande que el título de los únicos informes sobre violencia doméstica que aparecen publicados en su página se titulan "La violencia contra la mujer", en lugar de "Informe de víctimas mortales por violencia doméstica y de género" (título que tampoco me apasiona) como era antaño. Por no mencionar que en la página del Observatorio de la Violencia de Género la palabra hombre ni tan siquiera aparece.
¿Qué pasa con ese 25,6%? ¿Tienen que pagar la doble pena de ser víctimas y a la vez una minoría entre estas? ¿Tienen acaso que resignarse a sufrir maltrato porque saben que las instituciones, no solo los ignoran, sino que los condenaría a una pena más grave si se defendiesen puntualmente de una agresión que a las que se condenaría a sus agresoras por maltratarlos? ¿Cómo se defiende un hombre de una maltratadora cuando las instituciones hacen como que no existe? ¿Cómo se defiende cuando las bofetadas que recibe no pasan de ser una falta y las que podría él dar para defenderse son delito? ¿Puede alguien justificar que en el caso de el asesinato de un hombre a manos de su mujer se pueda presentar el llamado "Síndrome de la mujer maltratada" como eximente (http://www.ramajudicial.pr/Miscel/Conferencia/PDF/4_aspectos-practicos-de-la-prueba-pericial.pdf : página 28 en adelante) y no en caso contrario? ¿Puede alguno de mis lectores poner la mano en el fuego por que ninguna de las mujeres víctimas del "terrorismo machista" no haya muerto como resultado de una situación en la que el hombre se veía desamparado y consideraba que su vida estaba en serio riesgo de peligro? ¿Puede alguno de mis lectores negar que hay cientos y cientos de hombres en la cárcel o con una seria violación de su libertad por falsas denuncias, amparadas en una ley que presume su culpabilidad por el mero hecho de ser hombres? Solo doy un par de datos. A 31 de diciembre de 2010, 296 hombres se encontraban en prisión preventiva por delitos de violencia de género, lo que supone el 2,7 de la población reclusa de España. Si tenemos en cuenta los datos de "Jueces para la democracia" que dicen que una de cada cuatro órdenes de protección no son admitidas porque no se justifican y son falsas, tendríamos la alarmante conclusión de que cerca de 75 presos preventivos en España por violencia de género lo están siendo completamente inocentes. ¿Salen estas víctimas en las estadísticas?
Muchos de vosotros pensaréis que está bien eso de que, dado que mueren más mujeres que hombres, la ley diferencie quién comete el delito dando más importancia a la agresión que comete un hombre porque se le presupone una motivación machista. Esto me parece una soberana estupidez, porque un crimen se comete por múltiples razones. Cuando una mujer muere a manos de su pareja o expareja, no es asesinada por ser mujer sino por ser pareja. Cuando en una pareja gay un hombre mata al otro, no lo mata por hombre, sino por pareja. Cuando en una pareja de lesbianas una mujer mata a otra no la mata por mujer, sino por pareja. Nadie se plantea que las esposas de gran parte de ese 25,6% mataron a esos hombres por ser hombres, sino que los mataron porque eran su pareja. Si admitimos todo esto ¿por qué hay que dar por sentado que las mujeres que mueren a manos de hombres lo hacen porque estos han recibido una educación machista? ¿Por qué asumimos que están matando a mujeres por ser mujeres (lo que le diferencia a sus asesinos del resto de maltratadores) y no nos damos cuenta de que son asesinos matando a sus parejas porque son sus parejas? Tal vez el problema social no es tanto el machismo sino el hecho de que consideramos relativamente normales y corrientes los comportamientos posesivos y la dependencia (aunque veremos más adelante que también se hacen diferencias de género en esta tolerancia).
Sea como sea, y aún en el caso de que esto fuese cierto, el castigar de forma distinta la misma acción por el mero hecho de que la sufra uno u otro colectivo, lejos de hacer que se avance hacia la igualdad, acentúa las diferencias y los prejuicios que las provocaron. Y este punto os lo van a explicar mucho mejor que yo los personajes de South Park en el minuto 17 del siguiente vídeo: http://www.megavideo.com/?s=seriesyonkis&v=VCFAP10N
Pero aunque asumiésemos que habría que legislar distinto dependiendo de los grupos que lo sufriesen seguiría habiendo una discriminación hacia el hombre. ¿Qué pasa con el maltrato psíquico?
La psicóloga Amaia Beranoaguirre que, al contrario que yo, está de acuerdo en que exista "protección positiva" hacia las mujeres en lo referente al maltrato físico, escribe lo siguiente: "Entiendo la protección positiva a las mujeres, frente a la desigualdad física entre hombres y mujeres. Pero en el caso del maltrato psíquico, las mujeres parece que psíquicamente somos más poderosas: mayor capacidad empática, mejor manejo y verbalización de las emociones, tanto propias como de los demás... tanto para bien como para mal. ¿No sería necesario tomar medidas de acción positiva para proteger a los hombres del maltrato psicológico, dada la desigualdad a favor de las mujeres?"
Pero de nuevo nos encontramos ante la paradoja de que los maltratadores psíquicos en España son los hombres. El motivo lo explica de nuevo Amaia Beranoaguirre en el artículo anteriormente citado: "Otro de los instrumentos que se toman como referencia del maltrato es la encuesta del Instituto de la Mujer, cuando no se sostiene la metodología empleada, puesto que sólo se pasó a mujeres. ¿Cuántas de las preguntas de dicha encuesta no darían positivo en caso de pasarla también a hombres?" Estas preguntas que determinaban si las encuestadas eran o no maltratadas comprendían los siguientes conceptos:
* Le impide ver a su familia o tener relaciones con sus amigos.
* Le quita el dinero que Ud. gana o no le da lo suficiente para mantenerse
* Hace oídos sordos a lo que Ud. le dice, no tiene en cuenta su opinión, no escucha sus peticiones.
* Se enfada sin que sepa la razón.
* Delante de los hijos dice cosas para no dejarle a Vd. en buen lugar.
Todos los lectores conocéis a hombres que se podría incluir dentro de estas situaciones. Incluso muchos de vosotros las habréis sufrido. Sin embargo las cifras ocultan que esto sea así. Y esto se hace por el mero hecho de que se considera que solo son maltrato cuando el que comete tales actos es el hombre. Una mujer puede ser celosa, manipuladora, chantajista, etc, pero nunca será catalogada como maltratadora. ¿Creéis que no? Pues bien, para muestra un botón. Todos estamos de acuerdo en que las prácticas que muestra el siguiente vídeo son maltrato. Es más, todos los que veáis el vídeo por primera vez percibiréis que se va a cometer un maltrato antes de pasar el "límite objetivo" por el mero hecho de que es un hombre. Ahí va el vídeo.
Sin embargo se muestran shows televisivos como el que viene a continuación y nadie, nadie, absolutamente nadie se molesta en condenar el claro maltrato que sufre uno de los protagonistas del mismo. Es más, en caso de que el comportamiento que vais a ver tuviese a sus protagonistas invertidos cualquiera de nosotros podría poner una denuncia anónima llamando al 016 que acabaría con el maltratador durmiendo en el calabozo. Sin embargo dudo mucho de que, aun teniendo las pruebas físicas que tiene, si a este señor se le ocurre ir a una comisaría a poner una denuncia, el funcionario se tome ni siquiera la molestia de redactarla, mucho menos el juez en admitirla a trámite.Empieza en el minuto 1:40 en adelante.
Si hubiésemos presenciado una escena similar en la que un hombre chantajease y hundiese psicológicamente a una mujer por someterse a las normas de un programa y pasarlo lo mejor posible entre medias, hasta que ésta dijese "mi casa, tú y mi hija" las cosas se verían muy distintas. Me encantaría ver la lluvia de críticas que le caerían a "Cuatro" si después de esa escena que he descrito terminase con el programa diciendo "¿Quién no merece una segunda oportunidad?"
Siguiendo con las palabras de Amaia Beranoaguirre:
"En 15 años de trabajo con mujeres he podido observar cómo la mayor parte de las mujeres que he atendido manifiestan una opinión desvalorizada de los hombres, solucionan las diferencias de género desvalorizando y despreciando lo diferente. Una tendencia humana frecuente: ataque a lo diferente de uno/a mismo/a. Un porcentaje importante de mujeres desvalorizan, desprecian, intentan controlar a sus maridos, pero sin ninguna conciencia de que estén haciendo daño. Es tal la presión social sobre la actual visión de maltrato (mujeres víctimas - hombres verdugos), que nubla la posibilidad de autocrítica por parte de las mujeres; "lo que ellas hacen siempre está justificado''. Muchas mujeres ya consideran maltrato el simple hecho de que la pareja se niegue a hacer las cosas como ellas dicen.""Una mujer que se muestra como sufridora o víctima, aunque lo esté empleando para machacar a la pareja, hijas/os... al mostrarse como víctima se la toma como tal; no se ve el victimismo como arma"
Haced la prueba de ir a la comisaría a denunciar a vuestras parejas porque no os dejan ver a vuestros amigos, o a vuestras amigas (porque creen que quieres/quieren tener sexo con ellas o ellas contigo), o porque os han dicho que con esa camiseta tan fea no salen con vosotros, o porque os han ridiculizado en público. Imaginad al hombre del vídeo denunciando a su mujer por hacerle sentir culpable por haberlo pasado bien durante dos semanas con una mujer con la que un concurso - en el que su propia esposa le había metido- le obligaba a estar. Hacedlo y confirmaréis algo en lo que tengo que dar la razón a las feministas radicales de nuestro país: que las mujeres y los hombres no somos iguales.
Para despedirme y a modo de cierre cito la definición que la RAE da del término "igualdad ante la ley": "Principio que reconoce a todos los ciudadanos capacidad para los mismos derechos."
Pues eso es lo que quiero, ni más ni menos.